Filmografía seleccionada
2007 DARRY MARZOUKI
(Tonie Marshall)
2006 JE PENSE À VOUS
(Pascal Bonitzer)

MOLIÈRE (Laurent Tirard)
2005 LAS BRIGADAS DEL TIGRE
(Jérôme Cornuau)
2004 ¿CUÁNTO ME AMAS?
(Bertrand Blier)
2003 ESPÍAS SUPER SECRETOS
(Gérard Pirès)

MENSONGES ET TRAHISONS
(Laurent Tirard)

A BOIRE
(Marion Vernoux)
2002 CRAVATE CLUB
(Frédéric Jardin)
2001 BETTY FISHER ET AUTRES HISTOIRES
(Claude Miller)
2000 ASTÉRIX Y OBÉLIX: MISIÓN CLEOPATRA
(Alain Chabot)
1999 LA BOSTELLA
(Edouard Baer)
1998 RIEN SUR ROBERT
(Pascal Bonitzer)

DIOS ES GRANDE, YO SOY PEQUEÑA
(Pascale Bailly)


Cuando leí el guión de Laurent, me reí mucho y me quedé impresionado por la mezcla que Grégoire y él habían conseguido entre lo que sacaron directamente de la obra de Molière y lo que inventaron. Lo uno llevaba a lo otro para construir una historia divertida y conmovedora. Era un ejercicio asombroso.

En esta historia, doy vida a Dorante, el tipo perfecto del pequeño marqués que tanto aparece en las obras del dramaturgo. Este mitómano siempre pide prestado a todo el mundo para comprarse ropa y pavonearse en la Corte. Para este parásito, Jourdain es la víctima ideal e intentará quitárselo todo. Dorante es una mentira de pies a cabeza, un hipócrita. Entre todos sus defectos, solo tiene una debilidad: está realmente enamorado de Celimena, pero ella sabe manipularlo a la perfección.

Lo más difícil fue crear un personaje al que Jourdain pudiese admirar. Reconozco que me inspiré en algunas personas con las que me he cruzado en el camino, gente capaz de hacernos creer lo que fuera. Mi personaje debía engañar con inteligencia porque Luchini no interpreta a un Jourdain idiota. Había que convencerle con elegancia, ser un auténtico granuja vestido de encajes.

La película tiene un idioma muy preciso, bastante difícil, sacado de Molière pero sin versos. Debía sonar al siglo XVII sin parecer demasiado anticuado o forzado. Había que utilizar expresiones de la época con naturalidad para que los sentimientos pasasen al primer plano. No se podía teatralizar, debíamos ser sinceros, conseguir que las emociones relegaran a los giros elegantes a un segundo plano. Fue una prueba y un placer. La mayoría de mis escenas son con Fabrice Luchini, un actor muy acostumbrado a la constricción del idioma. Siento no haber tenido más que una pequeña escena con Romain.

Para mí, hacer este papel secundario ha sido muy agradable ya que, después de varios papeles protagonistas, podía descansar un poco y apoyarme en mis compañeros de reparto. Además, interpretar a alguien que intenta vender viento, que intenta engañar, es muy divertido. Rodar y pasarlo bien con un texto de ese calibre, con compañeros de esa talla y con un director como Laurent ha sido increíble.