Filmografía seleccionada
2006 MOLIÈRE
(Laurent Tirard)
2005 JEAN-PHILIPPE
(Laurent Tuel)
2004 LA CLOCHE A SONNÉ
(Bruno Herbulot)
2003 CONFIDENCIAS MUY ÍNTIMAS
(Patrice Leconte)
2002 LE COÛT DE LA VIE
(Philippe le Guay)
2000 BARNIE ET SES PETITES CONTRARIÉTÉS
(Bruno Chiche)
1999 NADA DE ESCÁNDALO
(Benoît Jacquot)
1998 PAR COEUR
(Benoît Jacquot)
1997 EN GUARDIA
(Philippe De Broca)
1996 HOMMES, FEMMES: MODE D’EMPLOI
(Claude Lelouch)
1995 BEAUMARCHAIS, EL INSOLENTE
(Eduard Molinaro)
1994 L’ANNÉE JULIETTE
(Philippe Le Guay)
1993 EL CORONEL CHABERT
(Yves Angelo)
1992 TODO ESTO... ¿PARA ESTO?
(Claude Lelouch).
César al Mejor Actor Secundario

TOXIC AFFAIR
(Philomène Esposito)

EL ÁRBOL, EL ALCALDE Y LA MEDIATECA
(Eric Rohmer)
1991 EL REGRESO DE CASANOVA
(Edouard Niermans)

RIEN DU TOUT
(Cédric Klapisch)
1990 LA DISCRETA
(Christian Vincent)

URANUS
(Claude Berri)
1988 ALOUETTE, JE TE PLUMERAI
(Pierre Zucca)
1987 CUATRO AVENTURAS DE REINETTE Y MIRABELLE
(Eric Rohmer)
1985 MAX, MI AMOR
(Nagisa Oshima)

CONSEJO DE FAMILIA
(Costa-Gavras)

HÔTEL DU PARADIS
(Jana Bokova)
1984 LAS NOCHES DE LA LUNA LLENA
(Eric Rohmer)
1983 ZIG ZAG STORY
(Patrick Schulmann)
1982 T’ES FOLLE OU QUOI?
(Michel Gérard)
1978 PERCEVAL LE GALLOIS
(Eric Rohmer)

PROSTITUTA DE DÍA, SEÑORITA DE NOCHE
(Claude Chabrol)
1975 VINCENT MIT L’ÂNE DANS UN PRÉ
(Pierre Zucca)
1974 CUENTOS INMORALES
(Walerian Borowczyk)
1970 LA RODILLA DE CLARA
(Eric Rohmer)


Antes de aceptar un papel, siempre intento basarme en lo concreto, el guión y el texto, para que no haya malentendidos. Vi el proyecto de Laurent Tirard como una comedia imaginada de un periodo de la vida de Molière en que conoció a personas que le habrían servido de inspiración para su obra posterior. Era una idea ambiciosa y original. Son muchos los que han interpretado a Molière, muchos han hablado de él como autor, pero este enfoque era diferente y tenía el mérito de asociar la comedia, el espíritu de sus obras y la emoción.

Al principio no entendí por qué me proponía hacer el papel de Jourdain. Aunque pueda parecer una noción anticuada, hacer El Burgués Gentilhombre no es lo mío. Puedo interpretar a Don Juan, Alceste o Trissotin, pero no al Burgués Gentilhombre. Sin embargo, el Jourdain del guión es una adaptación muy libre del personaje de Molière y me ofrecía equivalencias. Laurent y su coguionista lo habían inventado. Laurent, en su calidad de realizador, era el único responsable de su visión. Le confesé que no entendía por qué me había escogido. Me contestó que era porque sabía lo que buscaba.

Mi personaje es tan bueno para los negocios como malo para el amor. Debía ser un Jourdain patético, antipático, conmovedor y espero, en ocasiones, divertido.

Cada idioma tiene peculiaridades, virtudes y trabas. Cada idioma plantea problemas, sea el de un poeta, de un dramaturgo o de dos guionistas.

Hay que entender qué quiere comunicar el realizador, es apasionante. En el proyecto de Laurent Tirard, la escritura ocupa un lugar de importancia, el idioma es brillante y el actor debe estar a la altura. Un idioma brillante no es siempre una ayuda, sino todo lo contrario para el actor que debe trasladarlo sin sobreactuar. ¿Cómo conseguir que se olvide el texto?
Mi auténtica ambición como actor, una de las razones por las que me gusta esta profesión, es conseguir trasladar lo que está vivo en lo escrito respetando siempre el texto escogido por el realizador.

El papel de Jourdain tiene pocos parlamentos. Celimena, que está más cerca de El misántropo, tiene más. El texto de Laurent Tirard y de Grégoire Vigneron es más complejo que el de Molière. Es muy inteligente, y es un placer interpretar tanta sofisticación de un modo natural. Su vocabulario preciso, elegante, no siempre encaja con la intensidad y la naturalidad. Entonces, es necesario hacer que la perfección del vocabulario se una a la sinceridad de las emociones. Uno de los méritos de Molière es haber cristalizado de forma ideal la imperfección de la vida cotidiana.

Nunca he tenido la pretensión de salir al encuentro del personaje, dejo que se acerque a mí. Escucho al realizador. Jourdain no es un papel aplastante. Es importante y tiene muchas vertientes a la hora de interpretarlo, pero no es el papel protagonista.

Con compañeros de reparto tan respetuosos, humanos, divertidos y llenos de vida, tenía que ser una buena experiencia. Romain Duris, Laura Morante, Edouard Baer o Ludivine Sagnier son actores muy diferentes, de fuerte personalidad, pero todos estábamos al servicio del proyecto en un ambiente muy especial, en un equilibrio entre el placer del idioma y la interpretación de las situaciones y emociones.