Anne Parillaud

No suele trabajar en comedias, ¿qué le hizo aceptar el papel?
Siempre que me habían propuesto una comedia, el guión nunca era lo bastante fuerte e inteligente para que las ganas de penetrar en este nuevo universo vencieran el miedo que me inspiraba. Acepto los papeles por intuición, no por reflexión, es algo visceral. No quiero que la experiencia acompañe a mi voluntad, sino la inocencia.

¿ Qué le conmovió de la historia?
Toca con emotividad, humor, ligereza y acierto los problemas de comunicación, de aceptación, de frustración, de contradicción y adaptación entre hombres y mujeres o, para ser más exacta, de los hombres con las mujeres, sin por eso desacreditar al género humano.

¿ Cómo trabajó el personaje de Florence?
A pesar de que me atraía mucho, tenía la impresión de no conocer a Florence, de ser una emigrante en su mundo. Siento, entiendo, conozco o reconozco espontáneamente a los personajes que interpreto. Estoy violenta e íntimamente unida a ellos.

¿ Quién es Florence?
Una mujer que se despierta en el recorrido de la vida y que intenta encontrar un lugar en su verdad.

También es una mujer con tendencia al sometimiento.
Sí, no es consciente de sus valores ni de sus cualidades. Le falta seguridad, confianza en sí misma, se menosprecia. Cuando los códigos de la autoestima han sufrido, hace falta mucho valor para querer restaurarlos.

¿ Qué piensa de la forma en que la película ve a los hombres?
La película ve a los hombres a través de la mirada de una mujer e intenta describir, a través de estas historias de amor paralelas, a los hombres actuales en su capacidad e incapacidad para entender a las mujeres.

No es la primera vez que participa en una película coral, ¿le molesta compartir cartel con otras actrices?
No. Cuando leo un guión, encuentro el personaje que vive en la historia. Soy ese personaje, su historia es la mía, el plató es mi casa, se convierte en mi realidad. Me cuesta racionalizar una película intentando verla como un trabajo con actores, actrices, técnicos, un vestuario. No veo el cine como una profesión, más bien como una perspectiva de vida en la que no tiene cabida la competencia.

Ya había trabajado con Judith Godrèche pero no conocía a Mathilde Seigner.
Me alegro mucho de haber conocido a Mathilde. Es una actriz generosa, y no abundan. Nos une una gran amistad y creo que volveremos a trabajar juntas.

Es la primera película de Cécile Telerman como realizadora.
Me he llevado muy bien con ella. Me sorprendió el control que posee. Con Cécile hemos disfrutado de las ventajas de una realizadora novel sin los inconvenientes. Todavía no se ha instalado, no se ha posicionado en su creación, pero eso no significa que sea influenciable y que no sepa lo que quiere. Todo le interesa, es generosa y respetuosa. Nos hizo compartir con gran humanismo y fantasía un universo, un auténtico conocimiento del ser humano. Me gustó mucho trabajar con ella, hubo un verdadero intercambio.

¿ Cree que es una película para las mujeres más que para los hombres?
No, claro que no. Es un análisis tragicómico contemporáneo sobre las relaciones de la pareja. Por lo tanto, se refiere tanto a los hombres como a las mujeres.

¿ Qué sintió al ver la película?
No me es posible ver, comentar ni sentir una película en la que he trabajado. Necesito alejarme y verla varias veces. Entretanto, dejaré que los demás opinen en mi lugar.

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