En las playas de Kenia llaman “sugar mamas” a las europeas que, a cambio de un poco de amor, aseguran la subsistencia a jóvenes africanos. Teresa, una austríaca de cincuenta años y madre de una hija adolescente, decide irse de vacaciones a ese paraíso del exotismo. Busca amor, pero pasa de un “beach boy” a otro, de desilusión en desilusión, y acaba por rendirse ante la evidencia: en las playas de Kenia, el amor es un producto comercial.

PARAÍSO: AMOR aborda con una buena dosis de humor el tema del turismo sexual, de las mujeres entradas en años y de los hombres jóvenes, del valor comercial de la sexualidad, del poder unido al color de la piel, de África y Europa, y de cómo se pasa de explotado a explotador.

La película de Ulrich Seidl es la primera entrega de una trilogía que retrata a tres mujeres de una misma familia y cómo pasan las vacaciones. Una decide hacer turismo sexual (PARAÍSO: AMOR), otra opta por intentar convertir a otros a la fe católica (Paraíso: Fe) y la tercera se apunta a un campamento para adolescentes con sobrepeso (Paraíso: Esperanza). Tres mujeres, tres formas de pasar las vacaciones y tres relatos acerca de las ganas viscerales de felicidad.
Beach boys: Jóvenes africanos que trabajan en las playas de Kenia ofreciendo llaveros, paseos en barco y safaris a los turistas con el fin de conocer a mujeres europeas y prostituirse. Hablan inglés, alemán y francés. Las mujeres pagan por sus servicios con dinero u objetos de valor (motos, coches o casas). La mayoría de los beach boys sueñan con vivir en Europa.

Sugar mamas: Nombre que se da en Kenia a las europeas que “mantienen” a jóvenes africanos; en otras palabras, que pagan por sus servicios sexuales.

Beso mzungu: Nombre que se da en Kenia al beso con lengua, tan poco habitual como el sexo oral con mujeres.