Sinopsis
El día que se inaugure la nueva línea Kyushu, el “shinkansen” Tsubame irá hacia el Sur desde Hakata, y el Sakura irá hacia el Norte desde Kagoshima. Dicen que basta con estar ahí en el momento en que los dos trenes se crucen para que un deseo se haga realidad.
Koichi, de 12 años, necesita un milagro. Su hermano pequeño vive lejos y quiere que vuelvan a ser una familia. Sus padres se han divorciado: Koichi vive con su madre y sus abuelos en Kagoshima, mientras que su padre y su hermano están en Fukuoka. Los dos hermanos traman un plan en el que deben participar amigos, parientes y las personas que les rodean. Esperan que haya un milagro.

Los hermanos Maeda
Los dos protagonistas también son hermanos en la vida real, Koki y Ohshiro Maeda. Kiseki es su primer largometraje. El director Kore-Eda los escogió durante las pruebas que realizó a numerosos niños.
Le atrajo su inocencia y cambió parte del guión para adaptarlo a su personalidad. A primera vista, el mayor tiene mucho carácter, pero también es muy sensible. El pequeño es capaz de convertir las lágrimas en carcajadas y es mucho más fuerte de lo que aparenta. Dan la sensación de estar viviendo la película y no de estar interpretándola. Durante el transcurso de la historia los vemos crecer.
Están rodeados de adultos cariñosos interpretados por actores conocidos, como Joe Odagiri, Hiroshi Abe, Yui Natsukawa, Kirin Kiki y Yoshio Harada.
La película está rodada a lo largo de la nueva línea Kyushu, inaugurada en marzo de 2011, en las ciudades de Kagoshima, Kumamoto y Fukuoka, entre o tros lugares.


Dos hermanos esperan un milagro que reunirá a su familia.
Este es el tema de la última película de Hirokazu KORE-EDA, el director de Nadie sabe, Still Walking/Caminando y Air Doll.
Una vez más, el director capta la esencia de la familia, aportando esperanza a los espectadores del mundo entero. El título original japonés, KISEKI, significa “milagro”.
Cuando se crucen los dos “shinkansen” (trenes bala) que van a abrir la nueva línea Kyushu, habrá un milagro. Este rumor es el principio de la historia.
La historia
Una familia vive bajo el mismo techo.
Algo tan sencillo como esto puede ser un milagro.
Dos hermanos alejados el uno del otro. Sus padres se han divorciado. El hermano mayor, de doce años, vive con su madre Nozomi, que busca trabajo, su testarudo abuelo, expropietario de una tienda de dulces, y su abuela, a la que le ha dado por bailar el hula.

El hermano pequeño, Ryunosuke , tiene diez años y vive con su padre Kenji, un músico sin éxito. Los dos hermanos no han perdido el contacto porque ambos tienen la esperanza de que sus padres vuelvan a reunirse para que todos vivan como una familia.

Un buen día, Koichi se entera de que la nueva línea del “shinkansen” (tren bala) entre Kagoshima y Hakata está a punto de abrirse y que “el día de la inauguración, si se está ahí en el momento en que el “shinkansen” Tsubame y el “shinkansen” Sakura se crucen a 250 kilómetros por hora, habrá un milagro. Surgirá una tremenda cantidad de energía y se cumplirá cualquier deseo”.

Es exactamente lo que Koichi necesita. Comprueba el mapa con dos compañeros de colegio, Makoto y Tasuku, y descubren que los trenes se cruzarán en Kumamoto.

Koichi llama a Ryunosuke para contarle la buena noticia, pero el hermano pequeño no parece tan entusiasta. Al contrario que Koichi, no echa de menos la vida familiar en Osaka, ya tiene buenos amigos y además ayuda en la puerta de los locales donde toca su padre.

Repite a todo el mundo que quiera oírle que “Mi hermano y yo estamos conectados por una cuerda invisible, no importa que estemos separados”. Pero su compañera y amiga Megumi sabe por experiencia que no es así: “Le olvidarás y él te olvidará si no os veis, aunque seáis hermanos”. Megumi vive con su madre, la dueña de un bar. Se siente sola y añora a su padre.

Los adultos también están entusiasmados con la inauguración de la nueva línea, y el hogar de Koichi se ha convertido en centro de reunión para hablar de la posible reapertura de las tiendas de la calle. El mejor amigo de su abuelo, el Señor Yamamoto, y otros jubilados hablan y sueñan con “milagros” que traerán dinero al barrio. El abuelo de Koichi incluso está pensando en reabrir la tienda.

Nozomi, la madre de Koichi, queda con una amiga del colegio al salir de su trabajo en el supermercado. Se emborracha y decide llamar a su hijo pequeño, que le dice: “Creía que no me querías porque me parezco más a papá”. Y añade: “No te preocupes, te mandaré habas, de esas que te gustan, cuando estén maduras”. Al oír eso, Nozomi rompe a llorar.

Koichi, Makoto y Tasuku empiezan con el proyecto “milagro”. En la otra punta de la línea, Megumi convence a Ryunosoke, que llama a su hermano: “Siento haberte hablado así el otro día. El deseo será mucho más fuerte si los dos deseamos lo mismo, ¿verdad?” Koichi le contesta que hace medio año que no se han visto.

Koichi consigue dinero para el viaje, pero debe perder un día de colegio y pide ayuda a su abuelo. Por fin llega el gran día. Ayudado por su profesora favorita, la Señorita Sachi, Kochi y sus amigos cogen el tren y llegan a la estación de Kumamoto.

Ryunosuke y sus amigos no tardan en llegar al andén opuesto. Juntos, buscan un lugar desde donde ver pasar los “shinkansen”. Aún no saben que habrá un milagro, no solo para ellos, sino para los adultos con los que viven…