ENTREVISTA CON ANAPOLA MUSHKADIZ

¿CARLOS REYGADAS SE INSPIRÓ EN USTED PARA CREAR EL PERSONAJE DE ANA?
El personaje se parece mucho a mí. En la realidad, soy aún más excesiva, soy incapaz de estar quieta, me gusta moverme siempre. Sin embargo, en la película, parezco más tranquila, más controlada.

¿CARLOS REYGADAS LE PIDIÓ QUE INTERPRETARA CON EL CUERPO?
Carlos sabía perfectamente lo que quería de mí. Yo no había leído el guión y no conocía la cronología del relato. El rodaje era muy espontáneo y tampoco tenía tiempo para preocuparme mucho. A veces, Carlos me avisaba por la mañana que estaría desnuda en una escena de amor. Tanta improvisación hizo que estuviera abierta a todas las exigencias de la película. Carlos sabe tranquilizar a los actores, transmitirles seguridad. Gracias a él nunca pasé miedo ni tampoco sentí vergüenza.

¿CÓMO SE ENFRENTÓ A LAS ESCENAS DE SEXO?
Me gustó trabajar con Marcos Hernández desde el primer momento. Es un hombre especial, impresionante y tímido. Le costó más que a mí interpretar las escenas de sexo porque está casado. Después de ensayar las escenas de amor, tuve la extraña sensación de que realmente me había acostado con Marcos. La desnudez no me molesta porque el cuerpo humano me parece bonito y turbador. Me gustaba la sensación de tener la suficiente seguridad en mí misma como para interpretar desnuda y ser yo misma. Casi se me subía a la cabeza. Carlos nos preparó con mucha inteligencia para que el rodaje empezara por la escena más difícil. Luego, todo nos pareció un juego de niños. Marcos y yo nos habíamos mostrado tal como éramos.

¿CÓMO CONSIGUIÓ MANTENER LA NATURALIDAD?
Carlos nos hacía entender que todas las escenas, incluso las más oníricas, podrían haber tenido lugar en nuestras vidas. Por eso nada nos parecía surrealista y actuábamos con naturalidad.
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