Susanne Bier (directora)

Quería hacer una película que hablara de personas vulnerables, de las cosas de la vida en las que preferimos no pensar y que, si se describen con humor, pueden llegar a darnos ánimos. Ida y Phillip son dos protagonistas cuya vulnerabilidad podía aguantar el peso del tema con un toque humorístico. Les llevamos al lugar más romántico posible con todo un grupo de personajes cómicos. No usamos el humor y el romance para suavizar sus dificultades, sino para resaltarlas aún más, para contrastar los dos mundos, permitiéndonos retratar a nuestros personajes en toda su dicha y desdicha, y con toda la precisión y ternura que se merecen.
Después de una serie de dramas de gran intensidad, Susanne Bier regresa a la comedia con AMOR ES TODO LO QUE NECESITAS, que transcurre en la soleada Sorrento y está protagonizada por Pierce Brosnan y Trine Dyrholm. El periodista Mike Goodridge habla con la realizadora acerca de cómo se equilibra un tema incómodo para convertirlo en una encantadora comedia romántica.
“Creo que soy muy romántica”, dice Susanne Bier, con una sonrisa. “También creo que siempre ha habido una contradicción entre lo que se espera de mí como directora y en cómo soy realmente. Y ahora, con esta película, hay menos diferencia entre cómo soy y mi obra”.

AMOR ES TODO LO QUE NECESITAS es una deliciosa comedia romántica que transcurre durante un fin de semana en Sorrento, antes de una boda, y donde varios personajes se enamoran y desenamoran. Ambientada en verano, en medio de un limonar y con maravillosas puestas de sol, es la primera comedia que Susanne Bier dirige desde 1999 cuando rodó Den eneste ene, que batió todos los recórds de taquilla en Dinamarca. Desde entonces, se ha dado a conocer internacionalmente mediante poderosos dramas en torno a dilemas morales, empezando con la película Dogma Te quiero para siempre, a la que siguieron Hermanos, Después de la boda, por la que fue nominada a un Oscar, Cosas que perdimos en el fuego (rodada en Estados Unidos) y En un mundo mejor, por la que ganó el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa en 2011.

Como puede esperarse de una cineasta que ha realizado películas extraordinarias, AMOR ES TODO LO QUE NECESITAS no es una comedia romántica insulsa con personajes bidimensionales. Tanto ella como su habitual coguionista Anders Thomas Jensen han construido personajes muy auténticos, como Ida, una mujer alegre y optimista que intenta superar un cáncer y a un marido infiel, y Phillip, el elegante empresario que trabaja en Copenhague y que nunca ha conseguido olvidar a su esposa, fallecida hace ya muchos años. La mayoría de la película transcurre en Sorrento, donde Patrick, el hijo de Phillip, está a punto de casarse con Astrid, la hija de Ida.

“Lo emocionante de una comedia romántica no es quién va a conocer a quién, sino el camino que deben recorrer los personajes para conseguir estar juntos”, explica Susanne Bier. “Hemos realizado un cierto número de dramas en los que tratábamos de la idea de ‘Y si…’. En esta película, una mujer se encuentra en una situación realmente desdichada y hemos querido que vuelva a conocer la alegría. Pero hay que andarse con pies de plomo en una comedia romántica. Las emociones deben cautivar al público. El personaje puede inspirar compasión, pero también rezumar encanto y ser totalmente impredecible”. Para dar vida a Ida, la realizadora escogió a Trine Dyrholm, que tuvo un papel dramático clave en el drama En un mundo mejor. “Creo que se lo pasó bien porque había hecho papeles algo oscuros últimamente”, dice Susanne Bier. “Al principio le preocupó ser demasiado ligera. Ida es alguien que no pierde el optimismo incluso en las peores situaciones. En alguna medida me inspiré en mi madre, que también tuvo cáncer, pero siempre consiguió ver el lado positivo de todo. Queríamos que el personaje fuese así. Es una parte intrínseca de sí misma, siempre escoge el lado positivo”. Para la actriz, mantener una eterna sonrisa sin sacar de quicio a los que la rodean ni al público resultó ser un difícil acto de equilibrio. “Nunca debe dar la sensación de ser tonta”, añade la realizadora. “Sobre todo porque no lo es en absoluto”. Para encarnar a Phillip, Susanne Bier se decantó por el legendario Pierce Brosnan, que no dudó en hacer uno de los papeles más vulnerables de su carrera. La directora siempre vio a Phillip como un extranjero afincado en Dinamarca para que su aislamiento fuese aún mayor. “Para que el personaje estuviera tan solo, casi aislado en Copenhague, debía ser extranjero”. Y hablando de Pierce Brosnan, dice: “Es un gran actor. Entendió la película inmediatamente. Creo que le apetecía hacer un papel más frágil”.

Una protagonista con cáncer siempre es un gran riesgo para una película ligera, pero Susanne Bier estaba empeñada en que no ensombrecería el encanto de la historia. “No sé si me apetecería ver una película acerca de una persona con cáncer, ni tampoco si me gustaría hacer un drama acerca de eso”, dice. “No intentamos evitar el dolor, pero nos esforzamos en que no fuera inquietante. Lo difícil fue tratar con encanto un tema incómodo, pero solo es una parte de la historia”. Si creen que la película va a ser muy “heavy”, se equivocan. Los dos guionistas se ciñeron al pie de la letra a las reglas de la comedia romántica. Ida y Phillip empiezan francamente mal cuando ella embiste el coche de él, pero la antipatía del principio se disipa durante el fin de semana. Varios personajes secundarios añaden toques de humor, como Benedikte, interpretada por Paprika Steen, la engreída y virulenta cuñada de Phillip, decidida a conquistarle de una vez por todas; Leif, al que da vida Kim Bodnia, es el obtuso marido de Ida que no duda en llevar a su amante a la boda de su hija; y Tilde, encarnada por Christiane Shaumburg-Müller, la joven, guapa y sexy amante que mete la pata cada vez que abre la boca. “El buen gusto es una desventaja en el cine”, dice la realizadora. “Hay que tener valor y no dudar en usar tópicos y convencionalismos”. Y sigue diciendo: “Si se tiene miedo de hacerlo, muy probablemente el público no se enganche. Todos vivimos con tópicos. Lo importante es asegurarse de que los personajes sean de carne y hueso para quererles. No se pueden evitar los convencionalismos, pero tiene que ser real”. Dice que le gustan las comedias del guionista Richard Curtis (Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill) porque a pesar de transcurrir en escenarios de cuento de hadas, los personajes son auténticos. “En mi opinión, es un genio”, dice. “Reinventó la comedia romántica a base de realismo”.

Susanne Bier no tiene nada de pusilánime, y es conocida por trabajar con gran intensidad con los actores para obtener lo mejor para cada escena. “Fui tan exigente como en un drama”, explica. “Hacer una película ligera es igual de difícil que un drama. Es verdad que lo pasamos muy bien rodando, pero las risas no siempre se daban la mano con las escenas”. Rodar en la preciosa Sorrento fue un extra para todo el mundo. El director de fotografía Morten Søborg y la productora Vibeke Windeløv descubrieron la casa mientras estaban localizando muy al principio de la preproducción. Era perfecta para la película, vacía, sin muebles y delante de un limonar. Susanne Bier y Anders Thomas Jensen habían escrito algunos de sus anteriores guiones en la costa de Amalfi, por lo que parecía el sitio ideal para la película. “Llevamos un equipo danés muy reducido, casi todo el equipo era italiano”, recuerda. “El catering era italiano. No fue nada complicado porque es una historia de extranjeros en Italia, en ningún momento había que fingir ser italiano”. Susanne Bier vuelve a hablar de por qué necesitaba hacer una película romántica: “Hoy en día no se puede ser abiertamente romántico. Incluso en las buenas comedias románticas hay un toque de cinismo. Quería hacer una comedia romántica sin el menor atisbo de cinismo, pero que me gustase ver. Para eso el contenido debía ser realista y crear cierta tensión”. Y sigue diciendo: “Me alejé totalmente del cinismo. Supongo que soy una verdadera romántica”.
Cuenta entre sus películas con la famosa En un mundo mejor, ganadora en 2011 del Oscar y del Globo de Oro a la Mejor Película de Habla No Inglesa y del Premio a la Mejor Película Europea, además de ser galardonada con el Premio a la Mejor Dirección en los Premios del Cine Europeo.

En 2007 dirigió la premiada Cosas que perdimos en el fuego, con Halle Berry y Benicio Del Toro, su primera película rodada totalmente en inglés. Antes se había ocupado de la taquillera Después de la boda, también nominada al Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa.

En 2002 dirigió Te quiero para siempre, rodada según las reglas del movimiento Dogma. La película ganó el Premio del Público en los Robert (Goyas daneses), así como el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Toronto.

Acaba de terminar el rodaje de Serena, con Bradley Cooper y Jennifer Lawrence.