WARIS DIRIE, SU VIDA, SU ÉXITO, SU FUNDACIÓN
Waris Dirie nació en 1965 en el seno de una familia de nómadas en la región de Gallacaio, en el desierto somalí, cerca de la frontera con Etiopía. A los 5 años pasó por el ritual de la ablación, quedando mutilada. Este procedimiento criminal se realiza en numerosos países tanto por musulmanes como por cristianos. Según las estimaciones de la ONU, alrededor de unas 6.000 niñas son sometidas diariamente a esta cruel mutilación.

A los 13 años, Waris se escapó para no tener que casarse con un hombre que podía ser su abuelo. Acabó trabajando de criada en la Embajada somalí en Londres y, posteriormente, lavando los suelos de un McDonald’s, donde la descubrió el famoso fotógrafo de moda Terry Donaldson y alcanzó la fama internacional. Se mudó de Londres a Nueva York y se convirtió en una de las top models más famosas. Fue la primera modelo africana en tener un contrato en exclusiva con Revlon; y ha aparecido en la portada de todas las grandes revistas. Waris Dirie trabajó con Timothy Dalton en “007: Alta tensión”.

Cuando fue entrevistada por la famosa periodista Barbara Walters, de NBC, y por Laura Ziv, de la revista Marie Claire, la modelo decidió hablarles del horrible ritual que representa la mutilación genital femenina, contándoles su experiencia personal. La entrevista y el artículo desataron una oleada de asombro y compasión. El entonces secretario general de la ONU, Kofi Anan, la nombró Embajadora de Naciones Unidas. La ablación o mutilación genital femenina se practica abiertamente en países africanos, árabes y asiáticos, pero numerosas familias de emigrantes afincadas en Europa, Estados Unidos y Canadá siguen sometiendo a sus hijas al cruel ritual a escondidas. Decidida a obtener el máximo apoyo posible para la prohibición de esta práctica, Waris Dirie recorre el mundo como representante de la ONU.

En 1997, su autobiografía, “Flor del desierto”, se publicó en Nueva York y se convirtió en un superventas (estuvo en la lista de los diez libros más vendidos de Spiegel durante 120 semanas seguidas). Se han publicado más de 50 ediciones autorizadas y ha estado en la lista de los libros más vendidos de varios países. Hasta la fecha, se han vendido 11 millones de copias en todo el mundo.

Veinte años después de su huida, decidió volver a ver a su familia en Somalia. Un proyecto aventurado, si se tiene en cuenta que Somalia es un país que lleva 12 años en guerra civil y sufriendo hambrunas. Describió su viaje en un segundo libro, “Amanecer en el desierto”, que también se convirtió en un superventas.

En 2002 creó la Fundación Waris Dirie, con sede en Austria. La fundación realiza campañas mundiales para concienciar contra la mutilación genital femenina, y ofrece apoyo a otras campañas y a las víctimas de la ablación. A través del correo waris@utanet.at, la fundación también ofrece información para activistas, simpatizantes, afectadas y los medios. Hasta la fecha, más de 30.000 personas han usado este servicio.

En su tercer libro, “Niñas del desierto”, publicado en 2005, Waris Dirie habla del día que rompió su largo silencio, de sus encuentros con víctimas y culpables, de sus investigaciones, de sus contratiempos y éxitos. Gracias a este libro, lanzó una campaña internacional contra la MGF (Mutilación Genital Femenina). En 2006, la Unión Europea incluyó por primera vez en su agenda la lucha contra la ablación. En 2005, Waris Dirie se había reunido con 25 ministros de Estados miembros para hablar de las medidas que debían tomarse contra la ablación. Se endurecieron las leyes en varios países y empezaron a tomarse medidas preventivas.

En 2007, Waris Dirie lanzó una campaña contra la MGF con el apoyo de Scotland Yard y BBC en Gran Bretaña. “Es necesario entender que la mutilación genital femenina no tiene nada que ver con la tradición, la cultura o la religión”, dice Waris. “Es una forma de abuso infantil. Todos los países del mundo deben tomar medidas serias y consistentes contra las personas que realicen este crimen”.

Ese mismo año se publicó el último libro de Waris Dirie, “Letter to my Mother”, del que dice: “Es mi libro más personal. Hay heridas que no se curan. El deseo de ver a mi madre y de perdonarla era muy grande, pero comprendí que el amor y el sufrimiento van de la mano. Aunque escribir este libro fue una experiencia dolorosa, también fue de gran importancia…”

La ablación se convirtió en un tema internacional gracias a los libros de Waris Dirie. Debido a la presión internacional, catorce países africanos, entre los que se encuentran Kenia, Ghana, Burkina Faso, Costa de Marfil y la República Centroafricana, prohibieron la mutilación genital femenina en 2007. Según los datos de UNICEF de 2006, 150 millones de mujeres han sido mutiladas genitalmente. Muchas de ellas han sufrido y siguen sufriendo las consecuencias de mutilaciones realizadas por parientes o médicos irresponsables también en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, en muchos países el gobierno sigue sin intervenir a pesar de conocer las consecuencias de la terrible práctica.

Waris Dirie ha sido galardonada con numerosos premios por su dedicación y sus libros. Destacaremos entre ellos el Premio Mujeres del Mundo, que le entregó el ex presidente de Rusia Mijaíl Gorbachov (2004); el Premio Mujer del Año de la revista Glamour (2000); el Premio África del gobierno alemán (1999), así como el Premio Corine, otorgado por la Asociación de Libreros Alemanes al Mejor Libro de No Ficción (2002). En 2007, el presidente Nicolas Sarkozy le concedió la Legión de Honor y la Asociación Demográfica Mundial le otorgó el Premio de las Generaciones.

En enero de 2009, Waris Dirie creó la nueva Fundación PPR para la Dignidad y Derechos de la Mujer, que estableció en París con el magnate francés François-Henri Pinault y su esposa Salma Hayek. Ya se han aprobado los primeros proyectos benéficos para Pakistán, India, Congo, Benín, Nigeria, España y Francia.

Waris Dirie tiene la nacionalidad austríaca y es madre de dos hijos. También es la coproductora de FLOR DEL DESIERTO.

De pequeña tenía muchos sueños, pero jamás imaginé que acabaría viendo mi vida descrita en la gran pantalla.

Cuando regresé al desierto, los recuerdos me asaltaron con gran intensidad y fuerza; fue una experiencia abrumadora. Me conmovieron sobre todo los niños somalíes en la película: Soraya, que me interpreta de niña; Saffa, ese pequeño ángel, que tuvo que demostrar tanto sufrimiento en la película, y el joven Idris, que encarna a mi hermano con suma autenticidad.

Hace años, cuando conocí al productor Peter Herrmann, me sacó de quicio. Pero hoy debo reconocer que lo ha dado todo por este proyecto. Me parece una película muy bella, y lo más bello de todo es el paisaje de África. También está Sherry Hormann, la directora, que demostró mucho valor al embarcarse en un viaje tan complejo. En algún momento del rodaje creí que acabaríamos discutiendo, pero mi intuición me dijo que debía confiar en ella y dejarle hacer su trabajo.

Liya, hermana, tenemos mucho en común. Te has convertido en una parte de mí y admiro tu trabajo.

La primera vez que vi la película acabada, no me fue fácil ver mi vida retratada en la pantalla. Al salir de la sala, estaba profundamente emocionada, pero también sabía que la película era portadora de un importante mensaje que todos los espectadores compartirían: respetar la dignidad humana.
WARIS DIRIE

Para obtener más información acerca de la MGF:

Waris Dirie Foundation
FGM
UNICEF
Rainbo
World Health Organisation
Forward UK
Amnesty USA
CAMS – Commission pour l’Abolition des Mutilations Sexuelles