Entrevista con el productor Christophe Rossignon

No me gusta especialmente que me traigan guiones acabados, me gusta la fase de la escritura. Si no puedo participar, tengo la desagradable sensación de haberme subido a un tren en marcha, y me gusta acompañar a la película en todas las etapas.

Hace mucho que conozco a Vincent. Aún era productor de cortometrajes cuando nos presentaron. Buscaba proyectos, intentaba encontrar nuevos realizadores con los que hacer un largo algún día. Me había fijado en “Vita sexualis”, el primer corto de Vincent. Me sorprendió porque no encajaba en absoluto con la moda de la escuela en la época. Había antepuesto una historia humana, simple y muy bien rodada, a las exigencias formales. Seguimos viéndonos de vez en cuando. Vincent me traía sus primeras versiones de guiones y algunos tratamientos, pero siempre le contestaba lo mismo: “Vincent, no me convences”. Me daba la impresión de estar muy metido en el documental..

Hace cuatro años me mandó una sinopsis que se convertiría en Como los demás. Me contó la historia de su mejor amigo, que fue a pasar un fin de semana con su pareja y dos lesbianas porque querían tener un hijo. Recuerdo que hablamos mucho del tema, de nuestras familias, de cómo habíamos acabado siendo padres.

Todo lo anterior me gustó, incluso me conmovió íntimamente. Esa vez sentí que Vincent estaba motivado, lleno de entusiasmo. Estábamos de acuerdo, era un tema muy humano, emocionante, popular. Esbozamos un proyecto de película: no sería ni política ni reivindicativa, sino romántica, basada en una historia de amor, una historia para todo el mundo. Algunos periodistas la tacharían de “ñoñez”, pero ya estoy acostumbrado. Me comprometí a producir su primera película.

Bien, la película está terminada y, al parecer, gusta mucho. Desde que he producido la película, me alucina la cantidad de gente que me habla de sí misma, de sus ganas de tener un hijo, etcétera. Algunos homosexuales critican la película por ser “una historia de gays que imitan a los hetero”, refiriéndose al personaje de Pascal Elbé. Al principio nos sorprendió, incluso nos dolió, pero lo aceptamos.

Vincent escribió veinticinco versiones antes de encontrar el equilibrio perfecto. Las grandes ideas de la película no encajaron con facilidad. Pero siempre que acorralaba a Vincent recordándole el proyecto inicial, él estaba dispuesto a retrabajar el guión. Disfruté con el proceso, Vincent tiene muchos resortes.

Nunca hablamos del reparto hasta tener el guión acabado. No pensamos inmediatamente en proponer el papel de Manu a Lambert Wilson. Yo tenía muchas ganas de volver a trabajar con Pascal Elbé y, por suerte, Vincent estaba totalmente de acuerdo. Tardamos mucho en decidirnos por Pilar López de Ayala, una joven actriz famosa en su país, pero desconocida en Francia. Y la última fue Anne Brochet.

Cada uno es libre de opinar, pero me parece que los actores de Como los demás son formidables. Vincent ha tenido mucha suerte en su primera película: un elenco de primera, un magnífico equipo técnico, la iluminación, los decorados... Todo estaba a su disposición para darle la posibilidad de hacer una buena película.