SUBMARINO está basada en la novela del joven autor danés Jonas T. Bengtsson. Me atrajo el lenguaje directo del libro. La verdad descarnada que surge de las páginas me recordó mis primeras películas. Sentí que el tema era significativo y universal. Todos los personajes intentan mantenerse a flote. El título hace referencia a una forma de tortura durante la que se mantiene la cabeza del preso debajo del agua. No se muestra en la película, pero decidí conservar el título por el paralelismo con el ahogamiento.

Quise contar una historia acerca de personas que intentan cuidar la una de la otra a pesar de vivir en circunstancias adversas y en un ambiente desolador. A pesar de ser ajeno a este tipo de ambiente, siempre me ha atraído el lado más oscuro de la vida. Los personajes de SUBMARINO no pueden caer más bajo. Su entorno no puede ser más duro, más brutal, por lo que no tienen tiempo para conversaciones complicadas ni para intentar demostrar nada. Pertenecen a un segmento de la sociedad muy sincero y franco, preocupado ante todo por la supervivencia. Aunque la historia sea triste, es irónico que la realización de la película estuviera llena de alegría.

La responsabilidad paterna latente en SUBMARINO me conmovió profundamente. Nunca he vivido en un refugio ni he tenido que vender cascos de botellas, pero como padre de dos niños de 9 y 14 años, podía identificarme con los problemas de los personajes. Todos queremos hacer lo mejor para nuestros hijos y tendemos a actuar delante de ellos. Siempre me da miedo que no esté todo bien para mis hijos, y esa es una de las razones por las que me sentía tan cercano a la historia. También me identifiqué con el padre de Martin, que intenta cuidar solo de su hijo. Estoy divorciado y también debo cuidar de ellos solo.

La espina dorsal de la película es la relación entre dos hermanos que intentan acercarse el uno al otro, pero no lo consiguen. Quieren recobrar el periodo crucial de una niñez dura, cuando establecieron un fuerte vínculo mágico. Quizá si se hubieran reencontrado a tiempo como adultos, habrían podido ayudarse. Desde el principio, cuando Nick y su hermano son niños, queda claro que deben llevar un gran peso. Quería subrayar la violencia para que luego resonara cuando la película se hiciera más reflexiva. Quería que la escena del bautizo encuadrara la película para que surgiese la misma sensación de ternura al principio y al final. El bautizo es un momento muy importante en la vida de Nick y de su hermano. Es su único momento de auténtica felicidad y pureza. La escena refleja cómo decidimos crear imágenes puras con la directora de fotografía Charlotte Bruus Christensen. Nada de cámara en mano, sino imágenes honradas y puras.

Nick siente la necesidad de cuidar de todos. Intenta cuidar de alguien, de su hermano pequeño, de Ivan. Se culpa por no haber sabido cuidar de su hermanito cuando era niño. No quiere perder a nadie más e intenta compensar lo que pasó cuidando de todos. No me gustan los personajes enfadados sin más. Prefiero a los personajes enfadados con una vertiente vulnerable. Debajo del monstruo grandullón que puede parecer Nick se esconde una persona cariñosa. Busqué la vulnerabilidad de este hombre duro. Siempre he pensado en Nick como una mezcla de bruto y de niño, y quería que el público siguiera viendo al niño en Nick de adulto.

Este personaje solo se conoce como el hermano de Nick o el padre de Martin. Es su identidad, su razón de ser. Si no tuviera a Martin, es probable que hubiera muerto de una sobredosis hace tiempo. Cuidar de Martin le mantiene vivo. Su vida es la búsqueda del equilibrio entre sus necesidades y las de su hijo. Además, se siente culpable por no estar a la altura de sus responsabilidades. Está desesperado por encontrar dinero. Creo que es erróneo pensar que los niños quieren dinero. En realidad solo piden afecto y que cuidemos de ellos. Sin embargo, muchos padres se entregan al trabajo en cuerpo y alma por sus hijos y acaban no estando en ninguna parte. En el trabajo, echan de menos a la familia. Luego, en casa, piensan en el trabajo. El padre de Martin se les parece.

Me preocupaba el personaje de Nick adulto. Es el típico cabrón enojado que no despierta la menor simpatía, pero quería que el espectador se compadeciera de él, al igual que de los otros personajes. Debía concentrarme en su lado humano para que el público fuese consciente de su fragilidad. Por muy brutales que sean sus acciones, debemos considerarlos como lo que son, criaturas vulnerables. Es la única forma de poder identificarnos con ellos. Veamos, por ejemplo, el personaje de Ivan. En realidad, es un asesino gordo y sudoroso. Si nos paramos a pensar, no tiene nada para caer bien. Pero también es vulnerable y busca ayuda desesperadamente. Finge ser alguien que no es, pero se le escapan pequeños secretos acerca de sí mismo. A veces, el personaje más sicótico es el más interesante. Hice lo mismo con el padre en Celebración. Había abusado de sus hijos, pero había sitio para la empatía. Siempre quiero encontrar el hueco para la compasión. Intento buscar el equilibrio adecuado mientras escribo el guión, ruedo y monto la película.

Nick ve recuerdos de su madre alcohólica por todas partes, sobre todo en su vecina Sofie. Pero al contrario que la brutal madre de Nick, Sofie es una mujer generosa, dispuesta a entregarse a todos. Les conforta con una sonrisa y con su cuerpo. Era una mujer normal de clase media, pero por una razón u otra, su camino se torció y perdió la custodia de su hijo. No tiene de quién cuidar y se vuelve hacia Nick, pero este no puede tener una relación con Sofie porque sigue enamorado de Ana, la mujer que le dejó. El amor que siente Nick por Ana es uno de los rayos de esperanza de SUBMARINO. Nick ha sido capaz de amar. Ana es el pasado, pero también representa el futuro. Nick quiere volver a amar a pesar de todo lo que le ha pasado.

Hicimos pruebas a docenas de niños antes de encontrar a los adecuados para SUBMARINO. Ninguno de ellos es profesional. Dinamarca no es como Estados Unidos, los niños actores no abundan. En cuanto les vi, supe que eran los niños que buscaba. Gustav Fischer Kjaerulff, que encarna a Martin, tenía ochos años cuando rodamos, y Christian Kira Ostergaard, el hijo de Sofie, seis años. Al trabajar con niños de tan corta edad, la dirección de actores es mecánica. Un niño de más edad quiere hablar, entender, pero cuando son pequeños les basta con saber qué deben hacer y adónde ir. Ensayé más con Sebastian Bull Sarning, de 13 años, que interpreta a Nick de joven, y con Mads Broe, de 12 años, el hermano de Nick. Hablamos del significado de las escenas y tuve que enseñarles reglas básicas de interpretación ya que era su primer papel. Pasaron bastante tiempo con los bebés (usamos gemelos) y su familia.

El libro está muy bien documentado, hasta el punto de darme la impresión de trabajar con un documento real. Aun así, decidí visitar los decorados naturales donde íbamos a rodar en el noroeste de Copenhague con mi coguionista Tobias Lindholm, que conoce bien estos barrios porque ha vivido allí. Es un barrio duro de clase trabajadora. Pero documentarse para una película puede ser una idea bastante romántica. Lo que realmente cuenta es la representación cinematográfica. Por ejemplo, cuando rodé Celebración, nunca había ido a una cena burguesa. Doy lo mejor de mí mismo cuando dejo que mande mi curiosidad y navego mediante la observación. Para eso, hay que estar muy atento. Pero prefiero pisar terreno resbaladizo. En cuanto a la drogadicción del padre de Martin, recurrí a un amigo del instituto que se enganchó al graduarse y lo dejó hace más de 20 años.

Todos los miembros del equipo tuvieron que eliminar la distancia entre “ellos” y “nosotros”. Debimos superar lo que implica ser personas relativamente equilibradas, con ingresos normales, que imaginan que pueden hablar de cómo se vive en un entorno duro, social y económicamente desfavorecido. El planteamiento, de por sí, es arrogante y atrevido, y debíamos superarlo durante los ensayos. Jakob Cedergren, que interpreta a Nick, estuvo viviendo durante unos días en un edificio de tránsito para ex convictos. Morten Rose, que encarna a Ivan, se vistió adecuadamente y empezó a recoger cascos vacíos en la calle. Fui al refugio donde vivía Nick porque había prometido pasar una noche allí. Pero no lo hice. El director me preguntó si de verdad quería quitarle la cama a alguien por hacer una película.

Hay una conexión entre SUBMARINO y mis primeras películas. En esta producción, tuve la maravillosa sensación de volver a empezar. El reparto incluye a varios actores que debutan en la gran pantalla y muchos de los puestos clave en el equipo técnico estaban ocupados con personas con las que nunca había trabajado. La directora de fotografía Charlotte Bruus Christensen estudió en la Escuela Nacional de Cine y Televisión del Reino Unido y nunca había filmado un largometraje antes. El coguionista Tobias Lindholm se ha licenciado hace poco en la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca, y también era su primera película. No me quedó más remedio que aceptar que yo era el viejo del equipo. Pero esa sensación me aportó el entusiasmo, las ganas, la firmeza y el espíritu de lucha necesarios; en resumen, todo lo que empezaba a faltarme. Me sumergí en este proyecto con una sensación de pureza y desnudez.

Diseño y programación: CAB