Aoyama es un niño realmente especial. Posee una capacidad para el análisis y la retórica y ha contado la cantidad exacta de días que faltan para que se convierta finalmente en adulto. Pero esta cuestión pasa a ser secundaria en el momento en que su pueblo se convierte en el centro de una invasión de pingüinos. Un hecho tan desconcertante como maravilloso.