Arantxa de Juan, Víctor Rivas, Santiago Trancón, Ramón G. del Pomar
Sinopsis:
La acción se desarrolla durante el juicio en un Alto Tribunal. La Ley el Alto Tribunal parte del principio de “derecho a la presunción de culpabilidad”, “todo legal, nada legítimo”.
Se inicia el juicio en el que la acusada acepta la culpa de “decir la verdad”, y, para poseer y ser poseída, solicita a través de su abogado “realizar coito con su señoría”, se acepta la solicitud y continua el juicio.
Suena un teléfono y se ordena que la acusada pase a ser la abogada del abogado, ahora acusado de haber matado a su esposa por amor, se siente arrepentido y es condenado; pero vuelve a sonar el teléfono y la sentencia se suspende ordenando que el juez pase a ser el acusado y la abogada asuma el puesto de jueza.
Mediante cambios inesperados el juicio desemboca en una sentencia que condena al propio juez del Tribunal Supremo: al encargado de mantener la Ley en que se fundamenta esta sociedad se le reconoce el mérito de ser corrupto, pero comete el delito de “sentirse humano”.
El intercambio de los papeles de los personajes pone de manifiesto a través de una sátira grotesca, llena de humor desgarrado, la inversión moral de todos los valores que supuestamente sostienen nuestra sociedad y civilización, el funcionamiento del poder y los mecanismos de aplicación de la ley.
La conclusión es que no son los individuos los que dirigen el funcionamiento de esta institución suprema, sino que es la propia institución, con su mecanismo automático, la que acaba engullendo o triturando a quienes están a su servicio.