Sicilia, principios del siglo XX. La familia Mancuso abandona su país natal para navegar hacia una tierra soñada y desconocida, el Nuevo Mundo. Lucy, una joven inglesa con un pasado misterioso, se une a ellos en este largo periplo.

Pero no todos gozan del privilegio de cruzar las puertas del paraíso...
Sicilia, principios del siglo XX. Una familia de campesinos vive de la misma parcela de tierra desde hace generaciones en un rincón perdido de la isla. Llevan una vida en armonía con la naturaleza que comparten con los espíritus de sus antepasados. De pronto, la monotonía de su vida cotidiana se ve interrumpida por relatos del Nuevo Mundo, de sus habitantes, y de los incontables tesoros que están al alcance de todos en ese Edén. Llegan a sus manos postales en las que se ven patatas del tamaño de carros, zanahorias largas como canoas y árboles cuyas ramas se doblan bajo el peso de monedas de oro. Imágenes que demuestran sin lugar a dudas la existencia de este país maravilloso.

Salvatore decide vender todo lo que tiene, su campo, su casa y su escaso ganado para llevarse a su anciana madre y a sus dos hijos al otro lado del océano para llevar una vida mejor. Pero para convertirse en ciudadano del Nuevo Mundo, hay que morir y renacer; abandonar las viejas creencias de siempre y las tradiciones; tener una mente y un cuerpo sanos; saber obedecer y jurar fidelidad para cruzar «La puerta de oro». En poco tiempo hay que pasar de ser un hombre de antes a convertirse en un hombre moderno. Esta metamorfosis tiene lugar durante el duro viaje de cuatro semanas que depositará a los candidatos ante las puertas del juicio final: la isla de las lágrimas, Ellis Island.

En esta isla, los guardianes del Nuevo Mundo examinan caso por caso, milímetro a milímetro, los cuerpos y espíritus de los futuros ciudadanos. Numerosas familias se verán obligadas a separarse para siempre: no todos gozarán del privilegio de franquear las puertas del paraíso.