Ésta es la extraña e inquietante historia de la plantación de MANDERLAY. Manderlay está situada en una llanura solitaria en alguna parte del sur de Estados Unidos. Grace y su padre dejaron Dogville en el año 1933. El padre de Grace y su pequeño ejército de maleantes habían pasado el invierno buscando en vano nuevos cotos de caza. Fue entonces cuando decidieron dirigirse hacia el sur. Era su último intento para encontrar un lugar adecuado en el que establecerse. Por casualidad, en el Estado de Alabama, sus coches se detienen delante de una gran verja cerrada con una cadena y un candado. Al lado de la verja, un imponente roble muerto parece proteger una roca de granito de grandes dimensiones con la palabra MANDERLAY esculpida en letras enormes.
Después de comer y descansar un poco, Grace, su padre y sus hombres están a punto de irse cuando una joven negra corre hacia el coche y golpea con los nudillos la ventanilla de Grace. Sin hacer caso a su padre, que le dice que no hay que meter las narices en los asuntos de los demás, Grace sigue a la chica y entra en MANDERLAY donde descubre a un grupo de personas que vive en las mismas condiciones de hace setenta años, antes de la abolición de la esclavitud.

s Grace siente que es su deber compensar a los esclavos por las injusticias que han soportado por parte de los blancos. “Nosotros les trajimos aquí, les usamos y les convertimos en lo que son”, le dice a su padre. Decide, una vez liberada MANDERLAY, quedarse con ellos hasta después de la primera cosecha. Su padre, muy a pesar suyo, la deja con cuatro secuaces y un abogado, no sin antes advertirle de que él no estará allí para recoger los trozos cuando el bonito plan que debe redimir a MANDERLAY se haga añicos.

La inspiración
Lars von Trier se inspiró en Die Dreigroschenoper (La ópera de la perra gorda), escrita en 1928 por Bertolt Brecht y Kurt Weill, para el guión de “Dogville”. La actitud de Grace y su veredicto final, cuando su padre y ella dejan atrás el pueblo arrasado de “Dogville” y los cadáveres de sus habitantes, recuerda el comienzo de la famosa canción de los piratas que canta Jenny en la ópera:

“Se mueven entre las sombras donde nadie les ve. Les encadenan y me los traen, me preguntan: ¿ Los matamos ahora o luego? ¡ A mí me lo preguntan! ¿ Los matamos ahora o luego?” “ El reloj da las doce, qué tranquilo está el muelle. Se oyen las sirenas a lo lejos. Y en ese silencio de muerte, yo diré: ahora mismo, ahora mismo.” Luego amontonarán los cuerpos y yo diré: ¡ Que os sirva de lección!”


El argumento de MANDERLAY, sin embargo, se inspiró en parte en el prefacio de la mundialmen- te famosa y frívola novela “Historia de O”, escrita en 1954 por Pauline Réage y cuyo prefacio esta- ba firmado por Jean Paulhan, escritor, crítico y miembro de la Academia Francesa. El título de dicho prefacio es “La Felicidad en la Esclavitud” y empieza por describir una rebelión que ensombreció la isla de Barbados en 1838. Muy resumida, la historia es la siguiente: Una buena mañana, un grupo de negros, hombres y mujeres que habían obtenido legalmente su liber- tad hacía poco, se acercaron a su antiguo dueño, el Sr. Glenelg, y le pidieron que volviese a acep- tarlos como esclavos. Después de hablar con ellos, el Sr. Glenelg se niega a hacerlo, no se sabe si por miedo, por convicción o simplemente por respeto a la ley. Los ex esclavos empiezan a meterse física- mente con él. Al principio, parece un juego, pero acaban asesinándole, a él y a su familia. Esa misma noche, volvieron a ocupar las antiguas dependencias de los esclavos, y empezaron a hablar, comer y trabajar como hacían antes de que se aboliera la esclavitud. También se inspiró en un compatriota, el fotó- grafo y escritor danés Jacob Holdt y su controvertida “American Pictures”.

 
 
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