MIRANDA JULY (Sophie) DIRECTORA
Es cineasta, actriz, artista y escritora. Sus vídeos, performances y proyectos para la web se han presentado en el Museo de Arte Moderno (MOMA), en el Museo Guggenheim y en dos bienales Whitney. Escribió, dirigió y protagonizó su primer largo, Tú, yo y todos los demás (2005), ganador del Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance y de cuatro premios en el Festival de Cannes, la Cámara de Oro entre ellos.

Ha publicado historias en revistas como Harper’s, The Paris Review y The New Yorker. Su colección de historias cortas, Nadie es más de aquí que tú, ganó el Premio Internacional Frank O’Connor de Historias Cortas y se ha publicado en más de veinte países. Es la creadora de la página web de participación “learningtoloveyoumore” con el artista Harrell Fletcher, con quien publicó un libro guía en 2007 incluido en la colección del Museo de Arte Moderno de San Francisco. “Eleven Heavy Things”, un jardín interactivo de esculturas que diseñó en 2009 para la Biennale de Venecia, fue expuesto en el Union Square de Nueva York en 2010. Creció en Berkeley, California. Actualmente vive en Los Ángeles.
UNA CONVERSACIÓN CON LA DIRECTORA

¿Cómo nació la idea de la película?
Después de mi primer largo, no sentí ganas de hacer otra película inmediatamente. Terminé de escribir una colección de historias cortas y una performance titulada “Cosas que no entendemos y de las que hablaremos”. La performance giraba en torno a una aventura, pero la pareja estaba interpretada por una pareja real que yo escogía entre el público. No me fui de gira porque al final era espeluznante llevarlo a cabo cada noche. Tuve suerte, pero podía haber salido mal. También estaba preparada para contar la historia de una forma más complicada.
El guión surgió del concepto original. Fue necesario hacer realidad lo simbólico. Pero lo más importante fue que empecé a entender que no tenía una aventura por amor o por deseo sexual, sino porque deseaba huir de su dimensión, como si fuera posible vivir en solo dos dimensiones o sin alma. Creo que la fama promete algo así: la mirada de los demás te alumbrará y ya no será necesario enfrentarse a la difícil tarea de alumbrarse sola.

El primer título del guión fue “Satisfaction”, pero la película acabó llamándose EL FUTURO. ¿Por qué le pareció un título más apropiado, y por qué cree que la película trata del futuro?
Pensaba en el lado oscuro de la satisfacción; por ejemplo, no dejamos de ansiar algo hasta que nos morimos. Pero con el tiempo, esta palabra empezó a parecerme simple y fácil. Quería una palabra más familiar y busqué las más comunes en Internet. Presente, pasado y futuro estaban entre los resultados. No hay nada más complicado y lleno de esperanza que el futuro. Siempre pensamos en el futuro y nunca lo alcanzamos realmente. Es eternamente nuevo, pero nosotros hemos envejecido. La idea del futuro de una joven pareja está llena de peligros, pero la realización de ese futuro, hacerse viejos juntos, es muy profunda.

¿Qué la empujó a optar por el surrealismo en esta película? ¿Se debe a alguna influencia literaria o artística?
Sorprenderá a las personas que solo han visto mi última película, Tú, yo y todos los demás, pero debe ser una de las pocas cosas que he hecho sin elementos “irreales”. La mayoría de mis vídeos, historias cortas y performances usan elementos abstractos o con tendencia a la ciencia-ficción para comunicar estados emocionales. Un poco como cuando se cuenta una historia verdadera, pero se tiene que exagerar porque la verdad no transmite la profundidad de lo que pasó. Sophie se siente perseguida por su vida anterior, y es una sensación demasiado fuerte para traducirla con una simple expresión de su cara.

Internet y la forma en que afecta a las relaciones es uno de los temas principales en ambas películas. ¿Cómo ve la lucha con la “conexión constante” a la que se enfrentan Sophie y Jason en EL FUTURO?
Acordarme de que puedo existir sin estar conectada es un reto diario. Me interesa porque es nuevo. No ocurre a menudo que haya un reto nuevo compartido por casi toda la gente a la que se conoce. Pero como artista que siempre ha intentado encontrar nuevas formas de intimar con el público, también me parece útil. Una parte de mí siempre seguirá siendo la chica de 20 años que intentó crear una revolución a través de los fanzines, cintas VHS y Correos. Y esa chica está encantada cuando escribe algo y obtiene una respuesta inmediata. Pero odio hacer cosas que puedan impedirme tener pensamientos largos que me lleva tiempo descifrar.

¿Por qué decidió escoger a un gato para ser el catalizador del miedo a la responsabilidad en vez de, digamos, un niño?
Un día intentaba escribir, pero no había nada que hacer. Me sentía incapacitada, casi no humana y nada brillante. Y me dije: “Bien, a ver, ¿qué diría alguien incapaz?” Entonces escribí un largo y lastimero monólogo sin saber realmente quién hablaba. Al día siguiente ocurrió algo extraño. Mi perro se escapó a la calle. Un coche pasaba en ese momento, dio un volantazo y golpeó a un gato. Mi productora, Gina Kwon, estaba conmigo. Pusimos al gato en una bolsa y recuerdo decirle algo acerca de compensar al gato. No sé por qué este incidente se fundió con el monólogo y se convirtió en Paw Paw.

¿Se siente muy próxima a los personajes de sus películas? ¿Se proyecta de forma diferente en los papeles que escribe para sí misma y los que escribe para otros actores?
No sabía quién interpretaría los papeles. Saber que yo sería Sophie fue un punto de partida, un poco como el recuadro libre en medio de una tarjeta de bingo. Lo creé todo alrededor de ese recuadro y eso me ayudó a dar el tono, a construir el mundo de la película. Hay momentos en que Sophie se parece a mí, pero me identifico sobre todo con la película en su conjunto. Creo que una película terminada, con la banda sonora incluida, puede retratar a alguien con mucha precisión, pero un personaje es más bien una foto de esa persona.

¿Cómo se enfrentó al casting? ¿Decidió mezclar a actores con experiencia, como Hamish Linklater, David Warshofsky e incluso Isabella Acres, la niña, con no profesionales?
Trabajé en el casting con Jeanne McCarthy. Hablamos de Hamish y de David desde el principio. Cuando los conocí, me invadió una extraña sensación, sabía que no tenía que buscar más, pero no por eso dejé de entrevistar a un montón de actores de su edad hasta decidirme. Por eso no siempre es útil tener más opciones. El casting de Joe fue totalmente diferente. Estaba metida en otro proyecto donde llamaba a hombres y mujeres que ponían anuncios en un periódico de segunda mano para pedirles si podía entrevistarles y fotografiarles. Joe Putterlik fue una de las muchas personas fascinantes que conocí gracias a ese proyecto. También estaba escribiendo un guión acerca de un hombre que vendía árboles; no encontraba la forma de que se comunicara con extraños, sacarle de su pequeño mundo para que entrara en otro. Entonces se me ocurrió volver a hablar con las personas que había entrevistado, pero Joe fue el único que superó la prueba de cámara. A menudo improvisaba y se olvidaba de que estábamos rodando. Era una persona increíble. No solo me inspiró para la película, sino que incluso cambié cosas gracias a lo que me enseñó. Falleció el día de Acción de Gracias, justo después de acabar la película.