¿Puede decirme cómo ve a Monika? ¿Es un personaje cercano a usted?

Lo bastante cercano como para interpretarlo. Interpreté a Monika durante bastante tiempo; pasé año y medio con ella. Pero mi carácter no tiene nada que ver con el de Monika. No me enfrentaría a los problemas como lo hace. Es una persona pura que es capaz de sacrificarse completamente por las personas que quiere, sobre todo por su mejor amiga, aunque esta no pueda devolverle su cariño. Monika es capaz de olvidarse de su vida y de su amor.

¿Qué le pareció trabajar con niños? ¿Les echó de menos después del rodaje?

A menudo pienso en ellos... con cariño. Los actores lo pasan mal cuando tienen que trabajar con niños o con animales a los que deben querer, pero para los niños, son extraños. Pasamos bastante tiempo juntos antes y durante el rodaje. Los niños son muy individualistas y si no quieren hacer algo, no lo hacen. Fue muy duro. Por suerte, a Bohdan no le importaba en absoluto.

Esta es su segunda película con Bohdan Slama. Ha trabajado varias veces con Ana Geislerova y Pavel Liska.
¿Prefiere trabajar con personas con las que tiene una relación? ¿Qué tal le fue en esta película?

Me gusta trabajar con gente nueva, pero también me gusta trabajar con personas con las que he desarrollado un tipo de comunicación. Todos tenemos un idioma propio y, a veces, cuesta mucho expresar un punto de vista. En realidad, me gusta trabajar con personas para un enriquecimiento mutuo. Creo que fue así en esta película.

Ha trabajado con muchos realizadores, ¿en qué se diferencia Bohdan Slama de los demás?

Bueno, Bohdan es único como hombre y como director. No sé si sabré hablar de él en su faceta de director. Es un poco como un niño malcriado que consigue lo que quiere por pura testarudez. Por suerte, es una persona que destila felicidad. Sabe rodearse de personas que saben tratarle o que al menos intentan entender sus ideas.

¿Qué fue lo más difícil del rodaje y, sobre todo, con qué disfrutó?

Lo más duro fue la espera. Nadie tendría que pasar por la experiencia que significa trabajar con Bohdan... Por ejemplo, te preparas todo el día para el rodaje de una escena especialmente difícil, y cuando llega el momento, decide rodarla dentro de un mes. Lo que más me gustó fue el equipo.

¿Por qué aceptó el papel?

Bastó con que Bohdan me llamara y me dijera que íbamos a rodar juntos. Sabía desde el principio que sería muy difícil, pero también estaba segura del resultado. Me gusta tanto la poesía y el lenguaje con que se expresa Bohdan que soy capaz de aguantar lo que sea para darles vida.

¿Siente el personaje de Tonik cercano a usted, cómo lo describiría?

Tonik es un chico normal, un poco vago, pero honrado y romántico. Se enfrenta a sus padres porque se empeñan en que trabaje en una fábrica como si ya tuviera una familia. Es un tío simple como yo, un chico que ya debería ser responsable, pero no lo es. Bebe, fuma porros y disfruta de la vida. A pesar de esa vida holgazana y lo bien que se lo pasa, empieza a madurar y a convertirse en un hombre. Es un romántico, pero es capaz de construir un hogar y cuidar de una familia.

A pesar de ser un poco holgazán, demuestra ser responsable en su relación con Monika y con su tía.

Sí, Tonik se desarrolla gracias a esas relaciones. Es algo que todos tenemos en común con él. Tengo treinta y tres años, pero sigo pensando como hace diez años, como si la responsabilidad y la sensatez fueran cosas negativas. Al mismo tiempo, me parece que hay algo maravilloso en esa falta de madurez, sobre todo en el caso de Tonik.

Tonik está enamorado de Monika y a menudo cuida con ella de los hijos de Dasha, la amiga de ambos internada en un centro psiquiátrico. ¿Le costó meterse en la piel del personaje?

Hay que tener en cuenta que Tonik está encantado con la situación; es feliz porque puede estar con Monika, a la que ama a pesar de saber que ella ama a otro. Para él, estos momentos son como un regalo. A mi entender, tiene mucha fuerza interior. Personalmente, las veces que me he enamorado, prefiero evitar a la persona porque no sé cómo comportarme con ella, sobre todo si no soy correspondido. Me sigue pasando. La ventaja del cine o del teatro es que uno puede ser más valiente. Mi personaje es mucho más heroico de lo que soy en la realidad. Tonik y yo tenemos algo en común, nos encantan los niños.

Ya había trabajado con Bohdan Slama en su primer largo. Conoce bien a Ana Geislerova y a Tatiana Vilhelmova. ¿Le parece más fácil trabajar con personas conocidas, en las que confía?

Me gusta trabajar con personas que conozco, que me caen bien, a las que entiendo y que me entienden, pero también me gusta conocer a gente nueva y probar cosas nuevas. Hace mucho que Bohdan, Tatiana, Ana y yo nos conocemos. Los entiendo y creo que compartimos muchas opiniones. Es un placer trabajar con ellos.

¿Bohdan Slama trabaja de forma diferente a otros realizadores?

Es un proceso orgánico. En mi opinión, ALGO PARECIDO A  LA FELICIDAD es como un trozo de vida. No solo estuvimos rodando un año, también pasamos el año anterior hablando de cómo sería la película, de la historia. Nos reuníamos y nos preparábamos. A lo mejor nos veíamos en un bar, charlábamos, fumábamos un porro, pero ya estaba preparando mi personaje. Cuando empezamos a rodar, sabía mucho acerca del chico al que iba a interpretar. Es la forma de trabajar de Bohdan. Otros directores entregan guiones terminados, los papeles están diseñados.

¿Cómo escoge sus papeles? ¿Cómo le ofreció el papel Bohdan Slama?

Con Bohdan es diferente porque siempre estamos en contacto, somos muy buenos amigos. No me llama como otros directores para ofrecerme un papel. Trabajamos juntos porque es parte de nuestra amistad. Si se trata de un desconocido, depende del guión y de las ideas del director.

Su personaje es una enferma mental y a menudo es incapaz de cuidar de sus hijos, ¿le fue difícil meterse en el papel?

Sí. Mi personaje se basa en la enfermedad mental. Por primera vez en mi vida, investigué. Pedí permiso para visitar un hospital psiquiátrico; observé a los pacientes, su comportamiento, su forma de hablar. Tengo bastante instinto maternal y me costó mucho portarme mal con los niños. Pero me gustan los retos... (Ríe) Aunque este reto fue mayor de lo que esperaba porque me quedé embarazada durante el rodaje. Consecuentemente, mi sensibilidad hacia los niños y todo lo que les rodeada se agudizó aún más.

Interpreta a una madre irresponsable con dos niños pequeños, ¿llegaron a rechazarla?

Les costaba entender por qué a veces era cariñosa con ellos y, de pronto, perdía los estribos, me volvía agresiva y les asustaba. Era realmente difícil traicionarlos. Cuando acabábamos de rodar la escena, siempre los tranquilizábamos. Los niños eran increíbles, pero fue muy duro. Eran muy espontáneos, muy naturales, no sabíamos cómo iban a reaccionar.

ALGO PARECIDO A  LA FELICIDAD es su primera película con Bohdan Slama. ¿Trabajar con él es diferente?

Sí, por ejemplo, no saber con seguridad qué íbamos a rodar. Hizo muchos cambios, pero reconozco que fueron para mejorar. Bohdan siempre me decía: “Vamos, háblame”, y hablábamos. Me parece un hombre muy sensible. No le interesa el lado material de las personas, sino las emociones.

¿Qué fue lo más difícil?

Solo estaba presente en el rodaje cuando salía en una escena. Tenía la sensación de estar poco preparada, como si no hubiera ensayado bastante. Pero Tatiana, Pavel y Bohdan me ayudaron mucho. A veces, incluso creo que me manipularon como a una marioneta.

La película también describe la profunda amistad que une a Monika, Tonik y Dasha. ¿La amistad es importante en su vida?

La amistad es una necesidad espiritual. Es necesario tener amigos que vayan en la misma dirección, con los que compartir las alegrías y las tristezas. Incluso las amistades que no duran son importantes; nos enseñan que no se obtiene nada a cambio de nada.